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MAY 16 / 2023

Despedida de 2º de Bachillerato

El pasado viernes celebramos la Despedida de la promoción LXVI de Gaztelueta con un acto muy emocionante. Después de realizar las fotos de los grupos de alumnos y de la totalidad de la promoción y debido a la meteorología, el evento se desarrolló dentro de las instalaciones del colegio, donde descubrieron la orla y compartieron...

El pasado viernes celebramos la Despedida de la promoción LXVI de Gaztelueta con un acto muy emocionante. Después de realizar las fotos de los grupos de alumnos y de la totalidad de la promoción y debido a la meteorología, el evento se desarrolló dentro de las instalaciones del colegio, donde descubrieron la orla y compartieron una comida con el profesorado y la dirección del colegio.

Alfonso Fernández Urbano, alumno del curso, se dirigió a sus compañeros con unas emotivas palabras en las que les animó a continuar con el poso que ha dejado en ellos el colegio.

" Buenas tardes, Don Mikel, profesores y compañeros:

No sé vosotros, pero yo al principio de curso era más consciente que ahora del momento en el que estamos. Hoy es la despedida de la promoción. La despedida del colegio. El final de 15 años en Gaztelueta. Que se dice pronto, pero no lo es en absoluto. Mucho menos este curso, que se ha sufrido como otros 15.

Este día, que parecía indivisable en el horizonte ―lleno de hiztegis y trabajos de matemáticas―se ha ido acercando hasta estar hoy en nuestras manos. Quiero disfrutarlo, porque pronto estará otra vez tan lejos que hasta lo podremos olvidar con el tiempo (o con el vino). Primero, me gustaría dejar claro que es un placer y un honor, no sólo hablar ante vosotros, sino ESTAR entre vosotros. Formando parte la promoción 66.

Quisiera aprovechar esta oportunidad para decir tres cosas. Primero dar las gracias, luego pediros un favor y por último compartir con vosotros una reflexión.

En cuanto te alejas de Gaztelueta, te das cuenta que muchos de los malos momentos que hayamos podido pasar aquí, habrían sido peores en cualquier otro lugar y que este colegio es en verdad, una burbuja utópica. Así que me parece digno y justo recordar y agradecer hoy el trabajo de aquellos que han contribuido a formar este buen entorno del que hemos gozado 12 años. Entre ellos, el Opus Dei, que ha creado colegios como el nuestro en el seno de una educación cristiana. Los sacerdotes, siempre presentes para ayudarnos en esa misma formación. Las personas que trabajan a diario en el colegio, haciéndonos todo más cómodo: en secretaria, en mantenimiento y en el comedor.

Y gracias sobre todo a ustedes; nuestros profesores, quienes sin ningún tipo de obligación no se han limitado a darnos clase, sino que también se han preocupado por nosotros, nuestro crecimiento como personas y nuestra formación en valores. Sin ustedes, este bonito viaje no habría sido el mismo. Gracias por lo bueno y lo malo.

Pero es injusto dar al claustro de Bachillerato todo el mérito. Creo que sería un detalle, en un día como hoy, recordar a los profesores que nos han acompañado desde los 3 años. Las profes de Seaska, del poli, del central, de los primeros cursos de la ESO, de los últimos, hasta llegar a quienes comparten hoy la comida con nosotros.

Durante este curso, como en cualquier otro, han surgido en clase debates-comentarios sobre noticias de actualidad. Casi siempre en relación a lo mal que está el mundo. En la economía, la sociedad, la política, las guerras… Hubo un profesor que en una de estas, se paró, nos miró y esbozando una sonrisa de “qué putada” nos dijo “está en vuestras manos”.

Hoy me veo rodeado de futuros ingenieros, hombres de derecho, médicos, empresarios, psicólogos... Pero lo que no dicen las notas de ninguna asignatura, ni aparece en el expediente académico, ni da banderines y galones, y sin embargo es en lo que más me gusta pensar es que de aquí, salimos muchas buenas personas.

Ser buena persona, por muy simple y hasta infantil que pueda sonar, es ser leal, honesto y sincero, siendo tan fácil mentir y esconderse detrás de una pantalla. Es cumplir lo mejor posible con nuestras obligaciones, siendo tan fácil hacer lo mínimo y mal. Es no aprovecharse de nadie. Es, cuando te van mal las cosas, sonreír al que sabes que le van aún peor. Es, por muy difícil que sea, tomar siempre el buen camino.

Ser buena persona no implica ganar mucho dinero, ni ser muy famoso, ni trabajar poco. En absoluto. Pero tengo fe en que hacen falta buenas personas para cambiar el mundo. Y me alegra que estemos tantas hoy aquí.

El favor que os pido es que eso, que hemos podido sacar en parte del colegio, no lo perdamos nunca y podamos estar siempre orgullosos de ello.

Sobre la promoción: lo he estado pensando este curso, al mirar las orlas del pabellón; y no somos una promoción especial: ni especialmente buena, ni especialmente mala. Somos, sencillamente una promoción más. A los ojos de la mayoría de nuestros profesores, a los ojos del colegio y a los ojos del resto de promociones futuras y las 65 pasadas. Nuestra orla estará junto a la de la 65 promoción, constituyendo la 66 promoción y al lado de la 67 promoción del año que viene. Y esa será casi toda nuestra huella en el colegio.

Luego, ¿qué nos diferencia? Me parece que la clave es saber que esta promoción es la más importante para cada uno de nosotros. Ésta, es nuestra promoción, de la que formamos parte, a la que hemos contribuido y nos ha ayudado, de una forma u otra, a crecer como estudiantes, compañeros y personas. Creo que esa es la clave, apreciar lo que es nuestro y no preocuparnos porque no sea como queremos.

Si miráis a vuestro alrededor, veréis a las personas con las que habéis compartido, reído y llorado durante toda la vida. La mayoría de nosotros estamos juntos desde Seaska; 15 años juntos. ¿Acaso no es eso suficiente para saber que hemos sido vitales unos para otros durante tantos años? Con lo bueno y lo malo que tiene cada uno de nosotros, hemos formado un grupo de personas en el que nos hemos apoyado. Nos ha costado 12 años terminarlo. Pero nos ha llevado hasta aquí, hasta ser quienes somos hoy, a estar con los que estamos hoy desde el Infantil. Con cada una de nuestras imperfecciones, se ha forjado nuestra imperfecta ―pero nuestra― promoción. La 66. Que tal vez no deje una honda huella en Gaztelueta -aunque algunos profesores lo niegan-, pero sí en cada uno de nosotros, querámoslo o no.

Por eso, me gustaría que hiciéramos homenaje a nuestra promoción. El 27 de mayo, día de la fiesta deportiva, casi seguro será el último día que estemos todos juntos. Os quiero pedir, de todo corazón, que cuando desfilemos, bandera en mano, con el uniforme perfectamente colocado e impoluto y al son de la marcha; hagáis un repaso de los 12 cursos en el colegio. Os aferréis a esos recuerdos, como si os fuera la vida en ello. Que penséis en lo que habéis aprendido, en las tortas que os hayáis podido dado, en vuestros profesores (sin importar las buenas o malas experiencias) y en vuestros compañeros ―ese día algunos casi hermanos― y lo viváis como si estuvierais a punto de morir. Porque puede parecer que a partir de ese desfile, esos hermosos recuerdos que os han hecho ser quienes sois, se perderán como lágrimas en la lluvia. Pero nada muere mientras lo recordemos.

Muchas gracias por todo."

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