El sueño del bebé es evolutivo, es decir, a medida que el bebé crece, su forma de dormir cambia. Estos cambios son un reto para ellos y para nosotros mismos. Es vital que un bebé duerma lo que por su edad le corresponde, está en pleno desarrollo y en constante crecimiento, por eso el sueño en bebés es importantísimo. Mientras duermen su cerebro va procesando todo lo que ha vivido durante el día. Él va memorizando y almacenando, así va creando nuevas conexiones neuronales.

 

sueño del bebé gaztelueta

 

Una buena higiene de sueño contribuye en su crecimiento físico, les ayuda a recuperar fuerza y energía, así cómo a el desarrollo del lenguaje. Nosotros como padres, hemos de saber cuando nuestro bebé necesita dormir. Para ello existe una tabla sobre las ventanas de sueño que nos puede servir como guía, aunque siempre estaremos atentos a las señales de sueño que ellos nos puedan mostrar.

Hemos de tener en cuenta que los primeros 3/6 meses del bebé son de plena supervivencia. Las necesidades del bebé son tales, que tratar de organizar una rutina o un plan de sueño durante estos meses puede verse estropeado. Por ello es mejor esperar, no precipitarse y empezar a educar en el sueño cuando sepamos que nuestros objetivos son alcanzables. A partir de esta edad intentaremos educar a nuestro bebé en una buena higiene de sueño, es decir, en conseguir un sueño autónomo. 

No hay que restar importancia al descanso diurno de nuestro bebé, ya que es básico,  para tener una buena higiene de sueño nocturno, tenemos que tener el sueño diurno controlado, de esta manera nos aseguramos que no llegan sobre cansados y nos será más fácil conciliar el sueño y no favorecer a tener despertares nocturnos.

Dormir de manera autónoma ayuda muchísimo a que tu bebe se vuelva a dormir solo y no necesite de un apoyo de sueño en cada despertar nocturno.

Llamamos apoyos de sueño a esas ayudas con las que nuestro bebé acostumbra a dormirse, las cuales deberíamos ir eliminando para lograr que nuestro bebé sea capaz de conectar un ciclo de sueño con otro sin esa ayuda, estos apoyos de sueño no están reñidos con los objetos de apego, que son objetos que pueden servirnos de ayuda, ya que les calman y acompañan durante el sueño.

Tenemos que empezar por educar el primer patrón de sueño, ellos están receptivos ya que vienen de haber dormido las siestas correspondientes por el día y nosotros no estamos lo agotados que podríamos estar en un despertar nocturno.

 

Todo lo anterior no es posible si no somos contrastes y no mantenemos una rutina. Os proponemos un ejemplo:

  • La rutina debe empezar con el baño, ahí ya empezamos a bajar revoluciones y a relajarnos.
  • Cena
  • Cambio de pañal y ponemos pijama
  • Nos sentamos a leer un cuento, contar una historia, cantar una canción…
  • Los últimos 5 minutos, el peque ya tiene que estar tumbado donde vaya a dormir (cuna o cama)
  • Beso de buenas noches
  • ¡A dormir!

Esta no es una fórmula mágica que nos vaya a funcionar desde el primer día, pero si mantenemos una buena rutina y somos constantes con ella, el cerebro del niño construye un esquema mental, anticipa y va asociando que llega la hora de dormir y cada vez costará menos. Tampoco existe una rutina modelo la cual nos funcione a todos. Tendremos que ver cual es la que encaja con nuestras necesidades.

Goiuri Delgado. Asesora de Sueño y tutora del Aula de Cunas en Gaztelueta